Un nuevo estudio descubrió que los olores pueden influenciar los sueños, para bien y para mal. Ricos olores para dulces sueños, y feos olores para pesadillas.
Para descubrir cómo los olores podían influenciar nuestros sueños, el investigador alemán Boris Stuck, de la Universidad Mannheim, se valió de 15 voluntarios, a los cuales puso a dormir y en contacto con dos tipos de olores, a huevos podridos y a rosas.
“La mayoría de los olores cotidianos tienen dos componentes”, dijo Stuck, “el olor en sí y un componente que irrita nuestra nariz. Al exponer a los pacientes a químicos elegidos únicamente para incorporar el componente del olor, podemos estimularlos con dosis realmente altas del olor sin despertarlos”.
Una vez en la fase REM del sueño, la cual en la que se dan los sueños, Stuck y su equipo expuso a los voluntarios a altas dosis de olor durante unos 10 segundos, y un minuto después los despertaban. Luego se les preguntaba sobre sus sueños y cómo se habían sentido.
Todos los voluntarios reportaron una experiencia positiva cuando fueron estimulados con olor a rosas, y por el contrario pasaron un mal rato en sus sueños cuando tuvieron que oler los huevos podridos.
Stuck cree que el olor influencia la “coloración emocional” de los sueños. Su idea es que tal vez una terapia de olores pueda ayudar a la gente que sufre de pesadillas cotidianamente, ese será el tema de su nueva investigación.
La influencia de los estímulos exteriores en nuestros sueños es algo que ya se conocía, pero no a este grado. ¿Quién no habrá incluido en algún sueño la alarma del despertador?